Y cuando me sienta caer, lo único que puedo hacer es leer a Galeano y dejarme vivir un rato.
A la noche, cuando no escucho, aparecen miles de esos seres que hablan, ríen, sienten, sufren y caen como yo. Me dan ganas de agarrarlos todos y empujarlos contra mí. Pero lo único que soy capaz de hacer es callarme. Y seguir así, sonriéndole a mis (o tus) fantasmas.
viernes, 29 de enero de 2010
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Estuve mirando tu blog y esta copado!, la musika lo escrito ;D
ResponderEliminarCUIDATEEE!
UN GUSTO
Qué triste que a veces sólo queden fantasmas para sonreír.
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