domingo, 21 de marzo de 2010

Cuando nos interesa alguien y queremos conocerlo, saber hacia dónde va y por qué todavía no te puede mirar a los ojos: tenemos dos opciones. a) seguirle el juego. b) que éste individuo te ignore todo el tiempo.
Cuando tenemos un diario ajeno en nuestras manos y su lectura o disposición se nos hace fácil, ya no nos interesa tanto. Entonces, si éste tiene un candado o palabras rebuscadas que nos hagan pensar, ese diario nos va a quitar el sueño.
¿Será que por instinto buscamos lo difícil?
No lo sé... pero ojalá que nunca te me hagas fácil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario